Por: becario EAD
Como ya es costumbre cada semana, se ha viralizado un video de gente de Puebla siendo violenta e incivilizada. En una prueba más de que no hay cantidad de iglesias que haga que Diosito les eche la mano y se logre instaurar la paz en esta ciudad, payasos que laboran en el centro histórico y empleados del ayuntamiento se vieron envueltos en una trifulca que logró ser captada en cámara.
A raíz de que ya eran varias las denuncias por un ruido excesivo por parte de los animadores, quienes causaban molestias a los comensales y transeúntes, personal de Vía Pública inició con el retiro de bocinas, cosa que no fue del agrado de los payachitos y rápidamente los hizo cambiar de una voz chillante y simpática a una grave y aguardientosa.
La discusión comenzó a subir de tono y los empleados del ayuntamiento sentían a los payasos cada vez más listos para cargarlos, además de que se rehusaban a que les retiraran el equipo, y algunos ya se estaban quitando la peluca mientras el líder de todos ellos repetía una y otra vez «la pinche bocina es mía y mis huev*tes a la v*rga».
Por más que los servidores trataban de guardar la compostura y no caer en provocaciones, los payasos no entendían razones y respondían de manera hostil, pero fue hasta que uno de ellos se quitó la nariz y se les fue directo a los golpes cuando las cosas realmente se salieron de control.
El video comienza cuando ya las agresiones provenían de ambos bandos, en él se alcanza a apreciar cómo los implicados se golpeaban con tubos, sillas y hasta con una espada de globo hecha por uno de los payasitos.
Después de unos cuantos minutos donde llovieron zapatotes y pelucas, la pelea tuvo que terminar debido a que uno de los payasos recibió varios palazos en la cabeza y tuvo que ser atendido por personal de protección civil.
«Poñoñoinnn», se escuchaba mientras uno de los burócratas se lo sonaba a tubazos.
A pesar de que en la pelea participaron más personas, las autoridades solo lograron detener a 4 individuos identificados como Lagañita N, Cerillito N, Sopapito N y Francisco Eustaquio N (uno de los güeyes del ayuntamiento), quienes fueron trasladados al ministerio público para ser procesados por alterar el orden público.
Este suceso nos recordó a todos que la ciudad de Puebla está en un evidente estado de descomposición y su sociedad está colapsando, pues vimos de nuevo cómo, dejando a un lado los topes de ciclovía, el peor enemigo de un poblano, es otro poblano. Otra vez quedaron payasos.