Cliente de Coppel termina de pagar por fin una pantalla que sacó a crédito en el primer Buen Fin

El señor Samuel González Quiroz, no confundir con el famoso y ya fallecido Changoleón, quien estuvo en drogas con Coppel desde hace doce años, y no de la manera chida, por fin terminó de pagar la pantalla plana que pudo sacar a crédito en 2011, durante el primer Buen Fin.

Como se sabe, Coppel es uno de los negocios populares por dar facilidades a incautos infelices para sacar, a crédito, cosas culeras que terminan pagando luego de casi darle las nachas al compadre o, en su defecto, que dejan de pagar para ser visitados por sus amables y sensibles cobradores.

Como uno de los pocos clientes cumplidos que religiosa y puntualmente cada mes venía entregando su abono, Don Samy, como le dicen de cariño en el barrio, acudió a la sucursal Coppel de Chinocautla a entregar la última mensualidad, por lo que ahora ya ha quedado libre de deudas, con Coppel, ya solo le queda pagar la estufa en Elektra y la tanda que le clavó su cuñado a doña Jovita, la del 22.

Ahora que ya es un hombre libre de deudas, con Coppel, y que se acerca del Buen Fin, ya está pensando en dejar alguno de sus 18 empleítos y dedicarle un poco más de tiempo a la familia o a una de sus pasiones, las peditas con sus cuates, lo que se atraviese primero.

«¡Nambre! Ahora hasta voy a terminar de pagar mi casita de cartón y voy a enterrar a mi abuelita, porque nada más la dejamos ahí en la azotea con el Firulais», confesó Don Samy, muy contento y con una pachita en el fajo.

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