La televisión mexicana nos ha dado momentos inolvidables, pero el despido en vivo del periodista Gustavo Macalpin en Canal 66 ha superado cualquier melodrama de en horario estelar. Macalpin, conductor de «Ciudadano 2.0», un programa semanal de sátira política, vivió su propio capítulo de «Pasa con la de Recursos Humanos», cuando Luis Arnoldo Cabada, dueño de la televisora, irrumpió, de manera sorpresiva, en el set. Luego de un seco saludo, más a fuerzas que de ganas, le soltó un «Gracias por los seis años de trabajo, pero ya estuvo, hoy es tu último día». Así, sin previo aviso, como quien paga la cuenta y deja al otro con la mitad de la cena en la boca.
Macalpin, con una cara de «¡Ah, órale!», y tan sereno y ecuánime como pocos, devolvió el agradecimiento, aun sin dar crédito a las formas. Minutos antes había hecho una broma con uno de los camarógrafos diciendo que pronto trabajaría gratis, como cargo honorífico. Lo que no sabía era que el dueño de la televisora se tomaría la broma muy en serio y le daría un «honorífico» empujón hasta la calle. Luego del despido, y fiel a su estilo, el comunicador confesó: «Pensé que estaba de paso, porque rara vez viene al estudio, pero resultó que venía de repartidor… de malas noticias», tratando de entender si lo que había ocurrido era real o un mal episodio de «La Rosa de Guadalupe», en donde, por cierto, no tardan en sacar un capítulo del hecho.
Como era de esperarse, las redes sociales no se hicieron esperar y, como siempre, desempolvaron sus mejores palabras para señalar lo que vieron como una grosería en público. «Una forma muy elegante de dar las gracias… casi tanto como un portazo en la cara», comentó un usuario de esos que no tienen nada mejor que hacer que andar en el mitote.
Para ponerle más picante al asunto, el despido ocurrió justo un día después de que Macalpin lanzara una de sus críticas sarcásticas contra Carlos Torres, el esposo de la gobernadora del Estado, Marina del Pilar Ávila Olmeda. Aunque él asegura que sería muy ingenuo pensar que eso tuvo que ver. Según Macalpin, quizá ya llevaban tiempo planeando su salida. Sin embargo, la forma de hacerlo es más sospechosa que el horario de las mañaneras.
Por su parte, horas más tarde, la gobernadora del estado, la morenista Marina del Pilar, se sumó al drama con un video en el que mostró su «sorpresa» por el despido, asegurando que Macalpin es amiguísimo de la familia. Porque, claro, nada dice amistad como perder tu trabajo en vivo después de una crítica bien afilada. La mandataria, con un tono casi de «A mí ni me vean, yo no fui», aseguró que en Baja California son «muy respetuosos» con la libertad de expresión, aunque con la libertad de despedir parece que son más flexibles.
Y aunque el despido fue más frío que la cama donde duerme la Doctora, Macalpin no se rinde. En su video, agradeció el tiempo que pasó en el programa,1 como quien dice adiós a una relación tóxica, y aseguró que seguirá dando lata en sus plataformas digitales y en la radio. Y vaya que con esto le dieron mucha promoción para que le vaya muy bien.
