Por: becario EAD
El Vaticano anunció el martes la renuncia de un obispo responsable de una diócesis en el sur de Polonia, donde un sacerdote había organizado una orgía.
En septiembre, en la ciudad de Dabrowa Gornicza (que parece una mala mano de Scrabble), en la diócesis de Sosnowiec (distrito Bukkake), un sacerdote organizó una orgía en su parroquia, en la que participó un prostituto, lo cual escandalizó a los parroquianos, quienes dijeron que al menos hubiera sido de puros sacerdotes.
Los medios polacos reportan que dicho evento pretendía ser totalmente discreto, el sacerdote invitó a unos cuantos curas de confianza y a un prostituto local (exmonaguillo) a que entraran a su templo (su cuerpo), pero para ello los metió por la puerta de atrás, sin llamar la atención de nadie.
Todo había salido como lo planeado: botellas de vino, botanas (hostias con chamoy), reguetón cristiano del viejo testamento y demás amenidades, todos estaban preparados para la venida del señor, que al final fueron varios. Los organizadores ya les habían tapado los ojos a todas las estatuas de santos y demás figuras religiosas de la casa parroquial y estaban listos para entregarse por completo a la gozadera.
«Atásquense que hay lodo, mis hermanos… que se arme la pecadera, al fin yo los confieso», pudo o no haber dicho el padrecito mientras se arremangaba la sotana.
El ambiente ardía: salpicaban bendiciones por doquier, los curas parecían no tener llenadera y el prostituto estaba facturando como un monstruo, hasta que las cosas se salieron de control. La fiesta sexual fue descubierta luego de que el sexoservidor sufriera una sobredosis de pastillas para la disfunción eréctil, por lo que uno de los participantes de la fiesta llamó a la ambulancia, pero no se les permitió entrar a los paramédicos. Fue necesario la intervención de la policía para que ingresaran.
El sacerdote que organizó la fiesta, identificado como Tomasz Z, finalmente fue despedido. Los hechos fueron calificados como «una violación [sic] muy grave de las normas morales» por parte de la Diócesis de Sosnowiec, que en un comunicado indicó que la Iglesia no tolera y condena enérgicamente esos comportamientos.
«Es inaceptable que no haya invitado», pudo o no concluir ese comunicado.
