Un ladrón de poca monta, quien no quiso revelar su identidad para evitar los ataques de las personas que no entienden que él es producto de una sociedad desigual y en constante deterioro, declaró que prefiere entrar a robar a las casas durante el día, con el fin de no molestar el descanso nocturno de sus víctimas. El amante de lo ajeno aclaró que considera que las personas trabajan durante todo el día para tener cosas bonitas, las cuales él puede llegar a robarse, así que considera injusto quitarles hasta el sueño, nada más porque de noche la gente se encuentra más vulnerable.
El infame ladrón dejó en claro que no es ni de cerca una buena persona, sino alguien consciente de la importancia del descanso y los problemas que afrontan sus clientes en su día a día. También afirmó que tiene colegas a quienes no les importa el bienestar de la gente a la que roban y que, inclusive, les gusta despertar por diversión a las personas una vez que ya van de salida.
De acuerdo con sus palabras, aunque la mayoría de los ladrones tratan de no hacer ruido cuando entran de noche a robar, lo cierto es que siempre se les cae algo, se tropiezan o pisan un juguete que los delata y despierta a los inquilinos, porque, pues se trata de puro landrozuelo de barrio, o sea, no son profesionales.
«Es que una cosa es que te roben y otra que, además, te despierten en horas en las que ya estás bien mimidito. No se vale. Es que imagínate, estás cansadito, te duermes y de repente se te espanta el sueño porque oyes un ruidito o tienes al pinche ratero en el cuarto. No es de Dios. Mejor se entra de día, cuando se fueron a trabajar y así no se molesta a nadie», declaró el hábil y conspicuo ladrón, mientras ya traía la cartera del corresponsal de EAD en la bolsa.