Indignados porque un medicamento no sabe a hospital, y da la casualidad de que combina de maravilla con mezcal, creadores de contenido 100% orgánico tuvieron una revelación colectiva y lanzaron una campaña contra la farmacéutica PiSa, exigiendo que el Electrolit sea reclasificado como bebida azucarada y reciba el mismo trato fiscal que cualquier refresco.
Esto obligó a la marca a hacer un comunicado oficial aclarando que su solución oral está diseñada para personas con deshidratación severa, atletas con actividad física intensa, o para tratar cuadros estomacales atípicos como “la venganza de Moctezuma” o su versión japonesa, el “Kagasawa”.
Una vez que hicieron énfasis en que, claramente, se trata de un producto de nicho médico, aprovecharon para anunciar un nuevo sabor de la gloriosa bebida con la que mucho atleta de alto rendimiento con diarrea acompaña su birria de los domingos: el Electrolit de michelada. Esperemos la colección pronto se enriquezca con el sabor Bloody Mary, el Mezcalita Tropical… o manque sea el Azulito Adulterado.
