«Ellos también se estresan, también necesitan un perro de terapia»: Colectivos animalistas exigen que los perros de terapia también lleven un perro de terapia a las competencias olímpicas

Diversos colectivos animalistas han lanzado una campaña inédita, exigiendo que los perros de terapia en las competencias olímpicas también reciban apoyo emocional de otros perros de terapia. La noticia ha generado una ola de comentarios y discusiones en diversos medios, mientras el mundo se pregunta hasta dónde llegará esta nueva demanda de «inclusión canina» y si mejor conviene que ya de plano no se realicen olimpiadas con las que estamos viviendo en donde han abundado las jaladas progresistas e inclusivas.

La controversia comenzó cuando Beacon, el famoso perro de terapia del equipo de gimnasia de Estados Unidos, comenzó a ganar atención mediática por su papel crucial en la débil salud mental de las atletas. Inspirados por su éxito, los colectivos animalistas argumentan que Beacon y otros perros de terapia merecen el mismo nivel de apoyo emocional que brindan a los humanos, porque no debe ser nada fácil aguantar a una bola de personas que creen que un perro es la solución a su nivel de estrés.

«Es simplemente justo. Estos perros trabajan incansablemente para consolar a los atletas, ¿por qué no deberían ellos también recibir consuelo? Después de todo, ¿quién cuida al cuidador?», declaró uno de los líderes del colectivo Perros Primero, quienes promueven esta medida, mientras monitoreaba el nivel de estrés de Beacon oliéndole la cola.

La propuesta consiste en que cada perro de terapia debe tener a su disposición otro perro de terapia, lo que a la larga provocaría una proliferación infinita de perros cuidadores. El colectivo incluso sugiere que estos perros de terapia secundarios, denominados «perrapeutas secundarios», deberían ser entrenados en técnicas especializadas para aliviar el estrés de sus compañeros caninos, como lamerles los güevos o moverles la cola.

Los organizadores olímpicos están perplejos ante la logística de esta propuesta. «Ya es bastante complicado gestionar a los atletas humanos. Agregar múltiples capas de apoyo canino podría convertirse en un circo. Literalmente», comentó un funcionario del Comité Olímpico Internacional que prefirió el anonimato por miedo a que algún perro, furro o animalista se orine en la entrada de su casa.

Acerca de Fede

Fede

Escritura creativa, lingüista y estudioso de escrituras experimentales.