¿Emperrado por el tráfico? Aquí te decimos los pros y contras de enseñar a tu perro a manejar

Ahora que se viralizó el caso de un refugio de animales que incluye una escuela de manejo para perros en Nueva Zelanda, muchos amantes de los animales, en especial de los perros, se han estado preguntando sobre las ventajas y desventajas de aprovechar la inteligencia perruna para que estos seres nos sirvan de chóferes. Mientras que algunos colectivos ya han alzado la voz en contra porque consideran que esto solo se trataría de otra forma más de maltrato animal.

Por eso, en el mundo de mierda en el que nos tocó vivir, donde la estupidez humana no tienen límites y las idioteces se convierten en realidad, surge una pregunta vital para la humanidad: ¿deberíamos enseñar a nuestros perros a manejar? A continuación, gracias al arduo trabajo de campo del equipo de redacción de EAD, quienes aportaron dos chihuahuas, un pug y un perro criollo, con el fin de llevar a cabo este experimento en beneficio de la ciencia, exploraremos los pros y contras de este revolucionario avance en el entrenamiento canino.

Pros

  1. Menos estrés en el tráfico. Imagínate que te subes al coche, te sientas en el asiento trasero con un coctel en mano, y tu perro, Firulais, toma el volante para llevarte a tu destino. Por si fuera poco, del asombro de ver a un perro manejando, todo mundo le cede el paso y llegas a tiempo, sin pedos.
  2. Autonomía perruna. ¿Alguna vez tu perro te ha mirado con esos ojitos de súplica para ir al parque? Ahora puede ir solo y hasta pasear a los perros de la cuadra. Con Firulais al volante, olvídate de los paseos diarios y juntar cacas. Tu perro puede llevarse a sí mismo al parque, a la tienda y hasta llevarse a la perrita que le gusta al motel.
  3. Sé la atracción del barrio. Tus vecinos nunca más se quejarán de tus fiestas ruidosas después de ver a Firulais pasar en tu coche. Hasta, de seguro, personas de otras partes te visitarán para ver al prodigio canino quemar llanta.

Contras

  1. Falta de respeto por las señales de tráfico. A los perros no les importa si el semáforo está en rojo, porque son estúpidos y solo distinguen bien el amarillo y el verde. Por ello, deberás estar atento a que Firulais no se pase un alto o prepárate para pagar más multas de tráfico. Por la mordida ni te apures, déjasela a Firulais.
  2. Problemas de seguro. Intentar convencer a tu compañía de seguros de que tu perro es un conductor seguro va a estar cabrón. Así que despídete de tu póliza de seguro. Aunque, si eres abogado, seguro encontrarás alguna laguna legal.
  3. Situaciones inesperadas. Firulais es un perro y, como tal, no podrás controlar sus reacciones a ciertos estímulos, como al ver un gato, una ardilla o percibir el olor de una perrita en celo. O sea, básicamente es un bato, pero en perro.

Enseñar a tu perro a manejar puede parecer la cúspide de la relación entre el hombre y su mejor amigo, el perro. Sin embargo, con cada ventaja viene una desventaja que podría hacerte reconsiderar este avance en la ciencia canina. Claro, la idea de tener un chofer peludo es adorable, pero tal vez sea mejor dejar la conducción a los humanos y mantener a Firulais en el asiento trasero, donde puede disfrutar del viaje sin causar un desmadre.

Así que, la próxima vez que pienses en enseñarle a tu perro a manejar, recuerda que aunque la idea parece buena, la verdad sí está bien pendeja. Mejor sigue lanzándole la pelota en el parque y déjalo que huela traseros. Pero, principalmente, recuerda: no adoptes, compra.

Acerca de Fede

Fede

Escritura creativa, lingüista y estudioso de escrituras experimentales.