El presidente más señor romántico de la historia de nuestro México mágico, Andrés Manuel López Obrador, declaró, durante su morning show, que no vivirá con la «no primera dama», Beatriz Gutiérrez Müller, en Palenque, al terminar el sexenio. Que dizque porque, a pesar de que la ama mucho, ella no está como para irse a vivir a un cuchitril llamado «La Chingada» con un viejillo meado, luego de haberse acostumbrado a vivir en un palacio en plena Cedemex.
Pero, como donde hubo fuego, cenizas quedan, el mandatario comentó que se dará sus vueltitas a la Ciudad de México para visitarla y aprovechar para echarle una supervisada a la presidenta electa, Florinda Sheinbaum. Mientras tanto, ya sin los berridos de Doña Betty, el Licenciado aprovechará para dedicarse a investigar en Palenque sobre el México prehispánico. Aunque, seguramente, también se echará unas visitas de control de calidad por ciertos estados del norte, donde abunda una de las debilidades de nuestro aún mandatario, las buchonas.
Aunado a este anuncio, también dijo que no usará vuelos comerciales, por lo que se cree que a lo mejor se trasladará en burro o en el Tsuru, que no quiere que le tomen fotos ni que le hablen de política, no atenderá a nadie, ni siquiera a Lord Molécula ni a Marcelo ni desayunará con Monreal (y seguro le pidió que ya no le insista, el muy arrastrado).
«Pues, así es, voy a irme solo, como perro a Palenque. Yo quiero mucho a Beatriz, pero ha llegado la hora de separarnos, aunque la vendré a visitar de vez en cuando, si me queda de paso a Nayarit. Porque, curiosamente, ahí encontré mucha bibliografía para mi investigación. Así que es por eso que estaré dándome mis vueltas por allá, no se crean que por otra cosa. Ah, y nada de vuelos ni jotos, digo, fotos, hablar de política o visitas de nadie», palabras más, palabras menos, comentó el Licenciado acerca de lo que se viene en el futuro cercano, mientras se acomodaba algo en la entrepierna.
Desde los cuarteles generales y, en especial, desde la sala de redacción de EAD, le deseamos al Licenciado lo mejor en sus planes de «investigación» del México prehispánico por tierras nayaritas, y nos ponemos a sus órdenes para cuando se quiera ir de vago con unas muchachonas.