En pleno mes del orgullo, un grupo de empleados del Infonavit, alentados por su líder sindical, Rafael Riva Palacio, hizo pedacitos la bandera LG TV que otros trabajadores de la institución de esa preferencia habían colocado en la fachada de la sede del instituto, lo que hizo enojar a la comunidad que hace destrozos en la vía pública cada que se les hinchan los tanates.
Esta manifestación, que reprobaron miembros de la comunidad LG TV, se debió a que el líder sindical consideró que se trataba de algo «indigno», por lo que expresaron que lo volverán a hacer las veces que sea necesario. Banderita que pongan, banderita que quitan.
Por su parte, el director del instituto calificó esto como «un acto de barbarie, odio, homofobia y discriminación» y prometió que seguirán en la lucha y presentarán las denuncias correspondientes en todas las instancias. Además, agregó, por si faltaran necios, que levantarán las banderas que sean necesarias, porque afirmó que triunfará «la revolución de las conciencias». Nada más se le olvidó que, de acuerdo con el sindicato, existe un reglamento para poner sus chingaderas, mismo que se pasó por sus institucionales güevos.
«A mí, como dice el Licenciado, no me vengan con que es el día del este, es el día del otro, que es el día de más allá. Aquí no pueden poner sus banderitas esas. Y tampoco me salgan con que soy homofóbico. Yo he besado a muchos hombres que se visten de mujer y ellos me besan, así que esto no se trata de eso ni de otras mamadas», declaró, palabras más, palabras menos, el líder sindical del Infonavit, señor bragado y macho calado, seguramente.
Quien, curiosamente, también se metió en el argüende fue el bodoque mayor del Licenciado, quien, desde alguna sala de cine o piscina de la casa prestada de alguno de los contratistas del gobierno de su papá, condenó la homofobia y pugnó por la inclusión de la comunidad LG TV. No fuera ponerse a trabajar, porque se cansa el muchacho.
