Hace unos días fue el Día Internacional de la Felicidad y la ONU anunció que México se encuentra en el lugar 25 de 143 países en el índice de felicidad mundial, siendo el país latinoamericano más feliz, lo que no es para menos, pues, si el nuestro está culero, no queremos ni imaginarnos cómo andan en Perú, Argentina o Nicaragua. Y si bien, puede haber cosas que a todos nos hagan felices, como tener dinero, tener una pareja que nos ame, salir de viaje o no vivir en Guerrero, en cada país tenemos nuestros propios gustitos, nuestras cositas que nos hacen más felices que a los demás.
Por eso, el equipo de felicidólogos de EAD, siempre comprometidos con nuestros infelices lectores, se dieron a la tarea de investigar cuáles son las 5 cosas que más nos ponen contentos a los mexicanos. El estudio involucró un exhaustivo trabajo de campo, así como entrevistas al azar a incautos transeúntes y el levantamiento de encuestas a personas que mostraron algún esbozo de felicidad, como una pendeja o coquetona sonrisa. Pura ciencia.
- La pedita de buró. El remanso para lo ajetreado del día, la semana, el mes, el año o la vida. Sin duda echar unas chelitas o un bacacho acostadito con la música que más nos gusta es una experiencia que nos da una felicidad momentánea, pero insuperable. Si no lo has practicado, no has sido completamente feliz. Date.
- No ir a trabajar. Los puentes, los días de asueto, las festividades, los fines de semana, las vacaciones. Los periodos fuera de esa jaula que es el trabajo diario, donde tienes que aguantar a tu jefe y a los pendejos de tus compañeros, no tiene precio. Disfrútalos y cuídalos, pero no seas güevón, ponte a jalar o no ir a trabajar se convertirá en tu modo de vida.
- Llegar al quinto partido. La esperanza muere al último y, en el caso del futbol, lo que más añora un mexicano es ver que su selección llegue al anhelado quinto juego. Claro, esto nunca va a pasar mientras juguemos tan culero, pero ese deseo nos mantiene con la mira puesta en algo que creemos posible, e imaginarlo nos hace felices.
- No ser mexicanos. La neta, no mamemos. Si pudiéramos ser de otro país menos jodido nos haría muy felices. Por eso es que siempre andas volteando a ver a las güeritas y tu prima dice que anda con puro extranjero. Nos encantaría no ser mexicanos y eso nos vuelve más mexicanos.
- Los finales felices. Ya sea en las novelas, las series, las películas o los masajes, los finales felices nos ponen contentos. Así que, siempre que se pueda, ve a ver esa peli que termina bien, o sea, no veas nada de terror, y paga ese extra en el masaje tántrico con la vecina botijona. No te arrepentirás.
