Un homosexual mexicano de nombre Mario Clemente, militante del lado correcto de la historia como la izquierda, el islam, el veganismo, el feminismo, el marxismo, la homosexualidad, el aborto y otros temas que hacen mejores personas a las personas, hizo efectivas sus palabras y se enlistó en el ejército palestino para luchar la guerra que se lleva a cabo ahora mismo en el Oriente Medio.
Mario, un hombre en edad reproductiva que viene desprogramado para reproducirse, se apersonó en la embajada de Cisjordania en días pasados manifestando su voluntad para luchar en contra Israel la guerra que recién se reanudó por accidente, cuando el grupo terrorista Hamas presionó un botón equivocado y sin querer se puso a descabezar niños y a asesinar gente que iba pasando por ahí.
El gesto de Clemente fue aceptado de manera inmediata y lo subieron en un avión con dirección bélica.
Todo iba bien. Mario Clemente, durante el vuelo, fantaseó con la idea de ajustuciar judíos porque ellos asesinaron a Jesucristo y él, en el fondo, es muy cristiano. Pensaba en las muchas maneras en las que iba a usar las armas de alto calibre que le serían proporcionadas por el ejército en el que se acababa de enrolar. Soñaba despierto, su cabeza era una película de Quentin Tarantino. Sonreía.
Pero todo terminaría muy pronto. El avión que lo transportaba hizo tierra en la Franja de Gaza, lugar en donde ser homosexual es ilegal. Fue condenado en cuatro minutos a la horca por sodomía. Un soldado menos en las filas de la causa.
