La peleadora de jiu-jitsu Mazikeen Castillo hizo historia al convertirse en la primera mujer trans en ganar un torneo oficial femenil de artes marciales.
Para lograr la hazaña, Mazikeen hizo un tremendo esfuerzo, pues durante varios años estuvo buscando que la dejaran pegarle a otras mujeres, hasta que finalmente un comité organizador muy equitativo la dejó participar en el torneo, en el que fracturó algunos huesos e incontables sueños.
«Estoy muy contenta por esta victoria que no solo es mía», declaró una exultante Mazikeen, «sino también del patriarcado».
«Solo hubo un momento en el que temí una derrota», comentó en exclusiva para EAD, «cuando por accidente me machuqué el huevo derecho intentando hacer una llave, y casi pierdo ese combate».
La participación y la victoria de Mazikeen en el torneo femenil representan un paso al frente para la igualdad de derechos en nuestro país, históricamente machista, y es un signo inequívoco de que pronto vamos a dejar de lastimar los sentimientos de las mujeres con pene, aunque sea a costa de las personas gestantes.