Fernando Gago, que recientemente dejó de ser director técnico de Chivas para volver a Boca Juniors, ha dejado un recuerdo inolvidable y maloliente en Jalisco. Obviamente, no se trata de un récord de victorias ni de una línea de juego revolucionaria, sino, de acuerdo con la casera que le rentó su casa en Guadalajara, de una estela de heces y orines de perro —o eso cree— que adornan la lujosa casa en que el estratega pasó sus pocos días al frente del Rebaño Sagrado.
La dueña de la propiedad, valuada nada más y nada menos que en 40 millones de pesos y con una renta de 170 mil pesos al mes, tomó las redes sociales para mostrar en video la versión más «apestosa» de Gago. Según su relato, el técnico abandonó la casa antes del tiempo pactado, pero se aseguró de dejar una marca imborrable, al menos hasta que alguien se anime a hacer la limpieza a fondo. Sillones cubiertos de excremento, mármoles rayados, alfombras con más manchas que un partido de fútbol sucio, y tapiz arruinado por las frecuentes visitas de sus caninos fueron solo el comienzo de la lista.
A través de un video digno de documental de crímenes, la casera hizo un recorrido por el desastre: aires acondicionados desaparecidos, lámparas que misteriosamente se esfumaron y una piscina que ahora parece hábitat de ranas, en lugar de un oasis de relajación. Incluso el pasto, que alguna vez fue un jardín digno de revista, hoy luce más descuidado que la defensa de un equipo en el minuto 90 o las rodillas del Chicharito.
«Ese pinche vende empanadas de Gago rentó mi casa y la entregó en condiciones deplorables. Hasta parece que la quiso dejar como viven en Argentina. De haber sabido, le cobro más caro al culero», declaró la dueña de la casa. Y no es para menos, pues al parecer el único plan táctico que se llevó a cabo en la propiedad, y como director técnico de las Chivas, fue el de cagarla, literalmente, con su ejército de perros. Entre orines, excremento y muebles transformados en áreas de juego, la dueña ahora se pregunta si Boca Juniors sabrá que su nuevo técnico es todo un experto en decoración de interiores.
Hasta el momento, Fernando Gago no ha dado declaraciones, tal vez demasiado ocupado organizando la defensa de Boca Juniors o, quién sabe, planeando cómo hacer para que en su próximo hogar las mascotas jueguen fuera de la cancha. En cuanto a la casera, parece que ya no está dispuesta a ver más a Gago ni en Instagram ni en su sala, y probablemente esté buscando un nuevo inquilino que sepa que el césped se corta, que la piscina se limpia y que los sillones no son baños.
Mientras tanto, la comunidad de las redes no ha dejado pasar la oportunidad de comentar sobre el peculiar estilo de «despedida» del técnico, quien claramente dejó un cagadero dentro y fuera de la cancha.
