Llevaron el beso de compas al siguiente nivel: joven se hace mujer para casarse con su mejor amigo

Los momentos homoeróticos entre amigos son algo muy común, como cuando por accidente rozan sus manos seguido de un silencio incómodo y un cosquilleo en todo el cuerpo, cuando se ven a los ojos por más de 3 segundos y a uno se le escapa un «qué bonitos ojos tiene, compare», o cuando sacan su lado sensible al calor de las copas y hablan de sus emociones, lo que a muchos los hace preguntarse «¿seremos geis?».

Se ha viralizado el caso de dos jóvenes originarios de Xalapa, Veracruz que llevaron hasta el extremo el “fortalecer la amistad” y, después de media patona de Bacardí, tomaron una decisión que cambiaría sus vidas para siempre. Cansados de sus decepciones amorosas y de que todos sus intereses románticos los cambiaran por otros más guapos, altos, y que no olían como a huachinango, o sea, cualquiera no nacido en Veracruz, uno de ellos, como entre broma y no, hizo una propuesta un tanto inusual: «¿Y si mejor nos casamos tú y yo?», preguntó, para luego darle un gran sorbo a su vaso jumbo de Cinépolis con un minion holográfico.

Lo curioso fue que una vez diciéndolo en voz alta, no sonó tan descabellado como lo pensaba. Su amigo asintió con la cabeza y no pareció desagradarle la idea, pero ambos decidieron esperar a estar sobrios para estar seguros de que era algo factible y no era una de esas veces en las que, como cuando tú y tu compa planearon ese negocio hace tres años, solo es el alcohol hablando y no se termina concretando nada.

A la mañana siguiente fueron por unos tacos de birria y coincidieron en que las cosas sí podían funcionar, pero tenían que decidir algo muy importante primero. Como ninguno de los dos era gay, uno tenía que ser la mujer de la relación, con todo lo que eso implica. Tras una acalorada discusión sobre quién era más hombre, en la que incluso se midieron las “desas”, acordaron en que esto se iba a decidir de manera justa y cero arbitraria: con una partida de FIFA.

Sonó el pito final del partido y para uno de ellos eso significaba el final de su pito. Después de unas cuantas excusas como «este control estaba malo», «era de a mentis», «que sean dos de tres», el perdedor decidió comportarse como hombre por última vez y cumplir con su palabra.

Aprovechando que estaban en tierras jarochas y allá son especialistas en la operación de cambio de sexo, agendaron una cita en el quirófano a la brevedad. La operación fue todo un éxito, el miembro viril del joven fue removido y donado a un güey al que se le cayó el suyo por andarle escribiendo «shí» a su novia por mensaje. A la ahora señora se le construyó una “mangina” que replica a la perfección la vagina que suele tener el cuerpo de las mujeres.

Los mejores amigos ya están felizmente casados y dicen no arrepentirse ni un poco de la decisión que tomaron: «Nunca nos peleamos, ninguno pone a Taylor Swift en la bocina, echamos caguama diario, además se mueve bien rico mi compadre… no puedo esperar a hacerle un hijo», compartió el hombre de la relación, demostrando que en Veracruz, el “Fondo de Bikini” mexicano, solo les enseñan biología marina en la primaria.

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