Una mujer fue arrestada ayer en un popular centro comercial por un comportamiento altamente sospechoso: no tardarse horas en el probador y solo probarse una prenda. La noticia no solo ha obligado a que las tiendas de ropa replanteen sus políticas de seguridad, también ha provocado que toda la maquinaria social de las chicas fashion se ponga en alerta respecto a las normas no escritas del shopping.
Mariana «N», de 28 años, como se identificó a la supuesta delincuente, fue detenida en la famosa tienda de ropa para muchachitas, cuando, para sorpresa del personal y los clientes, entró al probador, se probó una única prenda y salió en menos de cinco minutos. Este hecho puso en alerta de los guardias, quienes dejaron pasar el asalto de la joyería de la plaza comercial para atender el reporte que hizo una de las empleadas.
Las autoridades locales, alertadas por el personal de seguridad, acudieron rápidamente al lugar de los hechos. «Obviamente, se trata de un comportamiento anormal y sospechoso que no podemos pasar por alto. Las mujeres suelen tomarse su tiempo en el probador, evaluando cada prenda desde todos los ángulos, imaginando cómo se verán en distintas situaciones y, por supuesto, enviando fotos a sus amigas para obtener opiniones», declaró el comandante Nepomuceno Mota, mientras aprovechó para decomisar algunas prendas íntimas como evidencia.
«Fue como ver un unicornio, literal. Pensé que el probador tenía algún tipo de defecto o que olía a pacuso, pero no. El problema fue esa rara, yo creo que es una psicópata o algo así. Si es capaz de esto, quién sabe qué más pueda llegar a hacer. Pinche viaje loca», comentó una testigo fresona que prefirió permanecer en el anonimato.
Mariana «N» fue acusada de «comportamiento sospechoso y contra las normas establecidas de shopping», por lo que se encuentra en calidad de presentada y se espera que en las próximas horas se presente ante un juez para determinar si el caso en su contra avanza. En su declaración, la detenida afirmó: «Solo necesitaba un pantalón negro. Sabía exactamente cuál quería. Entré, me lo probé, y me gustó. No pensé que fuera un crimen».
