Por: Becario EAD.
El presidente más tío que la arma de pedo por los terrenos en la cena de navidad de la historia, Andrés Manuel López Santoclós, prometió que los acapulqueños estarán muy contentos y que Acapulco quedará listo para Navidad. Nada más no dijo de qué año.
En su morning show, La Mañanera, el presidente más soñador del mundo y quien casi no ha fallado en sus compromisos y predicciones (guiño, guiño), dijo que el ideal es que entre todos, o sea él y sus achichincles (para no dejar ir ni un voto), lograrán hacer a las familias de Acapulco muy felices, como se lo merecen. No como Calderón, López-Dóriga y Loret que merecen el infierno por atacarlo diario. Esto último no lo dijo, pero seguro lo pensó.
El chiste, agregó, es que Acapulco no tendrá una amarga Navidad. Nada más no dijo cómo y solo le faltó empeñar su palabra o recitar su clásico «Me dejo de llamar Andrés Manuel», quialcabo, con tanta falla ya no sabemos su verdadero nombre.
Obvio, como experto ingeniero en nada, nuestro presi expresó que no va a llevar mucho tiempo arreglar el desmadrito que dejó el «Otis» y que ya vayan haciendo su cartita para que les llegue su souvenir de la Cuatroté o una playerita de la marca Shein-baum. Esto último tampoco lo dijo, pero le encantaría.
