El Club Internacional de Fútbol Miami, propiedad de la persona más bella que ha pisado una cancha de futbol en la historia del deporte, David Beckham, prepara un evento espectacular en el que este domingo 16 de julio presentará a su contratación estrella: el actual campeón del mundo Lionel Messi.
Para complacer al argentino, los directivos de su nuevo club hicieron un esfuerzo para revivir de entre los muertos a jugadores que ya deberían ser panaderos, como Sergio Busquets y Jordi Alba, y también rescataron los retazos que quedaron de Gerardo «el Tata» Martino después de dirigir a la Selección Mexicana.
No todo es miel sobre hojuelas para el equipo de la MLS, pues aunque Lio todavía no llega a Miami, ya tuvo su primer desencuentro con el director técnico, quien vendió al crack mexicano Rodolfo Pizarro por «exceso de calidad» y por considerar que tenerlo junto a Messi sería un exceso.
«Boludo, cómo no voy a estar enojado», reaccionó un molesto Messi, «si me quitaron al segundo mejor jugador mexicano de abajo para arriba; estoy enojado con el Tata Martino porque me robó el sueño de jugar al lado de Rodolfo Pizarro».
Por su parte, Pizarro, quien fue traspasado al AEK Atenas, un equipo al que solo conocen los seis discípulos del filósofo griego Platón que quedan vivos, cuando le preguntaron qué sentía por no poder jugar al lado de Messi respondió con un lacónico: «¿Quién?».
