En lo que se ha descrito como «el legado más picante desde el de Walter Mercado», fuentes cercanas al actor y conductor de ojo alegre y cola pronta, Daniel Bisogno, conocido también por su lengua filosa y su afición al deporte extremo de las enfermedades venéreas, no dejó cuentas millonarias, ni propiedades, ni obras de arte, sino un paquete con alto contenido simbólico, sensorial y lubricado: un látigo de cuero negro, dos suspensores de lentejuela plateada, tres dildos de uso rudo y un preservativo usado.
La noticia, filtrada por un amigo cercano a quien se le notaba un rostro visiblemente traumado, se reveló luego de la lectura del testamento, cuando se dio a conocer que las únicas pertenencias que encontraron, en la que fuera la casa del fallecido conductor del programa de chismes Ventaneando, fueron las ya mencionadas. Esto ha hecho que surjan desencuentros entre sus familiares y amigos, quienes se preguntan si Bisogno no habrá escondió algo más, tal como lo hizo en vida.
El látigo, según confirmaron fuentes de TV Azteca, fue utilizado por Bisogno en una obra teatral y, posiblemente, en otras actividades a las que era aficionado, según se rumoraba, como un secreto a voces, en los pasillos de la televisora y en todo México. Por otro lado, se cree que los suspensores eran parte del vestuario personal de Bisogno para sus noches de desenfreno, donde interpretaba temas de Yuri mientras giraba en un tubo con luces LED.
En cuanto a los tres dildos, cada uno estaba grabado con un nombre diferente, lo que revelaría que al actor le gustaba la variedad. Pero, sin duda, el artículo más polémico fue el preservativo usado, lo que echa para abajo la sospecha de que terminó en brazos de Diosito por no usar protección.
Por su parte, expertos en memorabilia del espectáculo aseguran que estos artículos podrían alcanzar hasta 200 mil pesos en una subasta de coleccionistas fetichistas, especialmente porque, según rumores, podrían haberse utilizado en una noche de pasión con algún famoso de los que les gusta el arroz con popote. El problema es saber con cuál de todos. Inclusive, el Museo de Cultura Televisiva Mexicana ya pidió custodiar los artículos como «testimonio de la decadencia moral en la Televisión».
Como era de esperarse, Pati Chapoy, visiblemente afectada, declaró con voz temblorosa: «Daniel siempre fue extravagante, libre, provocador. Y ahora entendemos por qué siempre llegaba a las juntas y no quería sentarse».
Finalmente, Pedro Sola, quien intentó quedarse con uno de los dildos, declaró: «Miren, a estas alturas de la vida uno agradece cualquier tipo de recuerdo de nuestro querido amigo Manuel… Daniel, perdón, Daniel. No puede ser que siempre me equivoque. Soy una estúpida».