El expresidente de los gringos y nuevamente candidato republicano, Donald John Trump, sobrevivió al atentado que sufrió durante un mitin en Pensilvania, luego de que un hombre le dispara en tres ocasiones, lesionándolo en una oreja, matando a uno de los asistentes y lesionando de gravedad a dos más. A pesar del operativo de seguridad del Servicio Secreto, que ya no es tan secreto y que no sirve para mucho, Thomas Matthew Crooks, de apenas 20 años, habría sido el responsable del ataque, sin que se sepa cuál fue el motivo de este, pues fue abatido en el lugar.
Inmediatamente, la noticia dio la vuelta al mundo, provocando toda serie de reacciones, desde quienes se alegraron porque el hecho no pasó a mayores, hasta quienes se rasgaron las vestiduras porque al atacante le falló la puntería y no consumó el acto. Obviamente, no faltaron los conspiranoicos desquehacerados de las redes sociales, quienes, de un momento a otro, se volvieron expertos en atentados e interpretaron que todo se trató de una conspiración del gobierno para que la «Toronja humana» no vuelva a ser presidente.
Una de las cosas que más llamó la atención de propios y extraños fue la reacción posterior de Trump, que para muchos es la imagen periodística del año y que representa anticipadamente su victoria en los comicios de noviembre. Con una oreja ensangrentada, de la que han surgido muy buenos memes, rodeado de agentes del servicio secreto y con el puño levantado, Trump mostró una fortaleza política que, de seguro, le envidió su contrincante, Joe Biden, quien ya no puede ni levantarse el pañal solito.
«No podrán conmigo, si quieren manden a todos los francotiradores que tengan. Yo puedo esquivar todas las balas, bueno, casi, El chiste es que me la pelan, modafaquers. Déjate venir, pinche Biden, tú solito no puedes o qué. Por eso mandas a tus matones. Deberías conseguirte unos que no fallen como tú a la hora de ir al baño», pudo haber dicho Trump, mientras el Servicio Secreto lo escoltaba, seguramente conmocionado por el shock, o totalmente consciente, porque, hasta eso, este cabrón sí dice todo lo que piensa.
Otro aspecto que llamó la atención fue la reacción del personal femenino del Servicio Secreto, pues dichas agentes parecían muy sacadas de onda, no podían ni enfundar su arma y parecían más paniqueadas que los asistentes. Mejor, para la otra contraten cerrillitos del Soriana. Cuidan más.