Los hombres. Esos seres misteriosos, complejos, incomprendidos, cuyo propósito en la vida es encontrar la felicidad y el amor con la morrita que les gusta y otras seis novias. Porque detrás de esa barriga cervecera y esas barbas cuidadosamente descuidadas, se esconden varios secretos anatómicos que, para sorpresa de muchos, pero sobre todo de muchas, no son lo que parecen. Hoy, en nuestra misión de educar, por medio de la ciencia, a las muniers del mundo, nuestro equipo de hombres de bien, enteros y medianamente dotados, trae los 5 mitos sobre la anatomía masculina que, por algún motivo, muchas mujeres aún creen. Porque sí, aunque estamos en 2024, algunos mitos siguen vivitos y coleando, así como ciertas partes del cuerpo.
- Si es grande, es buen amante. Este mito es como ese chisme que se niega a morir, cuál calcetín sucio que aparece tras la lavadora: incompleto y fuera de lugar. Muchas mujeres creen que si el amigo es generoso en tamaño, la experiencia será digna de una novela erótica. Pero, muniers del mundo, déjenme decirles que esto es como suponer que alguien con una camioneta gigantesca sabe manejar bien… espóiler: ni de cerca, de hecho son los peores, luego de los ruleteros. No todo lo grande es garantía de satisfacción. A veces, menos es más, y otras veces, más es demasiado. No se olviden que, a veces, lo importante no es el tamaño del equipo, sino cómo se juega en el campo. Así que cálenle sin miedo.
- Los hombres fingen. Vamos a dejarlo claro: los hombres no fingimos en la cama. Si decimos que estamos disfrutando, lo estamos disfrutando, y si no lo estamos… bueno, probablemente ya estemos pensando en el partido llanero que vamos a ver. A diferencia de lo que algunas creen, no necesitamos hacer un performance digno de telenovela. No es nuestro estilo. Así que, muniers del mundo, relájense: si un hombre está en la cama con ustedes, les dará los mejores y más honestos tres misisipis de sus vidas.
- Ellos siempre están listos. Otro mito de esos que suenan tan bien que es fácil caer en la trampa. ¿De verdad creen que estamos siempre en modo activo? Pues déjenme decirles que listos sí estamos, pero tampoco somos máquinas. Incluso los campeones del «delicioso» necesitan un descansito de al menos tres meses entre cada cochada. Pero ustedes insistan, a lo mejor uno hace un esfuerzo para regalarles nuestros mejores dos misisipis.
- Ellos no tienen puntos sensibles. Decir: «Los hombres no sienten nada de aquí para arriba, y de aquí para abajo todo es placer» es una mentira. Muniers del mundo, los hombres también tenemos puntos clave repartidos por todo su cuerpo y el único prohibido es el chiquito, pero insistan. Las orejas, el cuello, la espalda baja… Y no solo hablamos de un pequeño cosquilleo. Hay zonas que, si las saben tocar bien, pueden hacer que el más rudo de los machos alfa se derrita como un helado en pleno sol. Así que sí, el mapa del tesoro no solo se concentra en una zona. Vale la pena explorar con calma y con máximo dos dedos. Tampoco abusen.
- La calvicie está relacionada con el tamaño de su virilidad. Esta es la joya de la corona de los mitos. Según esta creencia popular, si un hombre empieza a perder pelo, es porque hay un «enorme» secreto escondido bajo el pantalón. Amigas, ojalá fuera tan simple. Si fuera cierto, Donald Trump sería el rey de la jungla. La calvicie está relacionada con la genética y las hormonas, no con el tamaño. Así que antes de emocionarse porque un hombre se parece a Vin Diesel, mejor recuerden que no todo lo que brilla está bien dotado.
Ahí lo tienen, damas y caballeros: los cinco mitos más comunes sobre la anatomía masculina desmentidos para que los hombres de bien puedan hacer frente a las morras llevadas y para que las morritas están bien informadas y no caigan en la trampa de la desinformación. Porque, aunque es divertido reírse de los demás, también es importante recordar que los hombres tenemos nuestros sentimientos y corazoncito. Así que la próxima vez que escuchen alguna de estas falsedades, no se dejen engañar. Al final del día, lo crucial es disfrutar del pito, pero sin tanto mito.