Los oriundos de Torreón, Coahuila, a la que muchos apodan El Cairo mexicano, han estado en el ojo de la tolvanera en los últimos días, luego de que abuchearan a la Selección Mexicana en su partido contra Uruguay.
Los terrones, como les dicen a los de Torreón, han defendido con uñas mugrosas y dientes chuecos su actitud contra la Selección pues, afirman, fueron engañados cuando el Vasco Aguirre no metió a Carlos Acevedo, guardamenta del Club Santos de esa ciudad, por razones meramente políticas y no porque está más manco que Nick Vujicic, el tamal australiano.
Hasta el día de hoy siguen tirando sombrerazos y levantando polvadera por el berrinche. Que le reclamen a Dios por mandarlos a nacer a un desierto.
