Tal parece que ni llevándose a cabo en el Primer Mundo, los atletas olímpicos se libran del problema de la inseguridad que aqueja a los países del Tercer Mundo. En pleno inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, ya se han presentado al menos dos lamentables sucesos que afectaron a quienes solo buscan obtener una medalla y cochar con las atletas europeas y rusas, o ya aunque sea con alguna latina. El atropellado inicio de la justa olímpica ha ensombrecido
Uno de los casos lo sufrió el equipo de ciclismo de BMX australiano, cuyos integrantes fueron víctimas de la delincuencia en las calles de París, sin siquiera haber competido aún. A través de redes sociales circuló un video en el que se puede apreciar a los atletas australianos mentando madres en su idioma, el australiano, debido a que los amantes de lo ajeno les rompieron los vidrios y abrieron a la fuerza su camioneta, en la que transportaban todo su equipo para poder competir. Por fortuna, no se llevaron sus bicicletas, por lo que parece que no tendrán mucho problema para presentarse en las competencias.
Por otro lado, previo a que la selección consentida de la FIFA y del VAR, Argentina, protagonizaran un partido de lo más bizarro contra la selección de Marruecos, su director técnico, Javier Mascherano, denunció que le pasaron báscula a las pertenencias del equipo. Habría sido durante el entrenamiento del día previo cuando alguien les bajó a los jugadores albicelestes relojes y anillos, por los que, sin duda, estarían dispuestos a dar el otro «anillo» para poder recuperar lo sustraído.
«No quisimos decir nada para que luego no dijeran que somos unos boludos, pero no se pueden permitir este tipo de cosas en una competencia como esta. En otros tiempos, en los barrios bajos de Buenos Aires, le habríamos cortado las manos al pelotudo que se pasó de chorizo argentino», habría declarado, palabras más, palabras menos, Mascherano, muy encabronado, pero más por la derrota que se llevaron ante Marruecos.
Desde la sala de redacción de EAD esperamos que estos sucesos no se conviertan en algo recurrente, para que los atletas se dediquen a concentrarse para competir y ganar medallas, en lugar de andar correteando sus cosas o, de plano, llevarlas consigo en sus competencias. Y más que se prevengan, porque si eso fue allá, espérense al mundial de 2026 en México.