La agenda progresista lo ha vuelto a hacer. Chucky, el muñeco diabólico, tiene su propia serie de televisión, la cual cuenta con 3 temporadas que han pasado desapercibidas para todos aquellos que no sean la mamá de los productores del programa. Lo que para muchos era una gran oportunidad para darle continuidad al icónico “slasher”, que se caracteriza por ser sangriento y terrorífico, se terminó transformando en algo más terrorífico aún: la historia de un muñeco gay pedófilo.
Se ha viralizado un clip del final de la tercera temporada de la serie en la que vemos al muñeco diabólico hacer puñaladas muy distintas a las que nos tenía acostumbrados. Las imágenes muestran a Chucky besar apasionadamente a un pequeño hombre hiperbronceado, lo cual causó polémica, no porque sean dos hombres atentando contra el plan divino, sino porque se dice que el personaje supuestamente es menor de edad:
Recordemos que Chucky supuestamente es un muñeco poseído por el espíritu de un asesino, o sea, con un hombre viviendo dentro de él, lo cual de alguna manera ya nos hablaba de alguien con claras tendencias homosexuales.
Lo que indignó a la audiencia fue el descaro con el que pisotearon un personaje emblemático para alimentar la moda de incluir escenas del tipo homoerótico en todas las películas y series, cosa que puede confundir a muchos jóvenes, ingenuos y maleables, y los hace querer intentarlo, lo cual es muy peligroso porque seguramente les va a gustar.
El Chucky pedófilo parece ser solo el principio de lo que podría ser una serie de producciones que retoman personajes del pasado para arruinarles la infancia a todos los que crecieron viéndolos. Que no nos sorprenda que pronto se anuncie un “spin-off” de Woody, el juguete favorito de Andy de Toy Story, en el que protagonice una historia muy al estilo del secreto en la montaña, o que Max Steel tenga su propia película en la que se identifique como no binarie y encuentre su poderosa energía Turbo vía anal.
