A diferencia de nuestro México de oro y de lo que queda de Latinoamérica, salvo algunas contadas y honrosas excepciones, en Europa decidieron darle un giro a la política de izquierda. Los votantes europeos optaron por irse hacia la ultra extrema al fondo a la derecha, lo que representa un duro golpe político para algunos gobiernos, especialmente, para los gobiernos zurdos de Francia y Alemania.
Este domingo se llevaron a cabo las elecciones para renovar la composición del Parlamento Europeo, cuyos resultados mostraron un marcado avance de la extrema derecha. Lo que seguramente hizo enojar mucho a quienes defienden todas las bondades de paraísos de izquierda, como Cuba, Venezuela, Nicaragua y, obviamente, nuestro México, liderado por nuestro tlatoani macuspano, el Licenciado.
Sin duda, uno de los más afectados por estos resultados es el liberal Emmanuel Macron, quien decidió disolver el congreso (además de dos Alka-Seltzer para contener las agruras que se le vendrán estos días) y convocar a elecciones legislativas anticipadas. Otro que se las vio negras fue el socialdemócrata Olaf Scholz, de Alemania, pues su fuerza política fue relegada al tercer puesto.
«No les voy a mentir, valimos madre. Nos la metieron por el centro y hasta al fondeo a la derecha. Pero esto no se va a quedar así, daremos la batalla. Por eso, los convoco para que hagamos elecciones legislativas en Francia. ¡Viva la Francia!», habría declarado Macron a algunos colaboradores, en un perfecto francés, aunque, para esta nota, tuvimos que utilizar a un becario que le sabe al beso francés que nos ayudara a traducir.
Por su parte, los ganadores se dieron un festín por la victoria y ya avisaron de algunos cambios que se vienen para este nuevo entramado político europeo, como no ser tan buenaondita con los inmigrantes que ya se sienten dueños de los países que alguna vez los colonizaron.