Por: becario EAD
Rockstar Games ha anunciado la sexta entrega de su serie de videojuegos Grand Theft Auto, la cual ha sido mundialmente famosa porque les ofrece a los usuarios olvidar por un momento la monotonía y vivir una vida llena de encueramiento, mariguaniza, degenere sexual, mugre, pelos, sangre y muerte, o como los habitantes del Estado de México la conocen: vida normal.
Parte del encanto de este videojuego es que por ser del tipo «mundo abierto», permiten al jugador darse algunas libertades a la hora de interactuar con el mapa, la cual es aprovechada comúnmente para robar automóviles, golpear peatones independientemente de su sexo y atropellar viejitas, pero recientemente ha surgido la duda de si esta nueva edición va a sufrir algún tipo de censura para adaptarse al mundo moderno, sobre todo a la hora de golpear personas de cierto sexo.
Los desarrolladores de Rockstar Games se han mostrado herméticos y no han revelado mucha información sobre el nuevo GTA VI. El tráiler publicado el pasado 5 de diciembre nos muestra cómo la historia va a estar adaptada en la icónica ciudad Vice City, inspirada en la ciudad de Miami, lo que nos da a entender que mínimo las drogas, la prostitución, la violencia y el Florida Man no quedarán fuera de la ecuación.
El tráiler, que tiene un nivel de detalle que emocionó a miles de fanáticos, también muestra a una nueva protagonista femenina de nombre Lucía, una mujer latina indocumentada del tipo «no sabo kid», a la cual, para añadirle un toque de realismo, dan a entender que estuvo un tiempo en la cárcel y es una experta para los atracos. Esto nos da a entender que para golpear mujeres, quizás vayas a tener que usar una skin también de mujer, justo como le hacen los peleadores transexuales.
En cuanto a atropellar ancianas, aún no se tiene ninguna información, pero son muchas las personas que ya tienen las más altas expectativas para este nuevo juego el cual, si seguimos existiendo para ese entonces, se estaría estrenando en el 2025.
Esperemos que no pase como tú con la morrita a la que le prometías acomodarle la matriz y hasta los chacras, pero que al final no llegaste ni a un dieciseisavo de misisipi. No somos máquinas.
