Ya pasas de los treinta, tus compas ya tienen dos bendiciones, una hipoteca y hasta boletos para el concierto de Luis Miguel con alguna de sus novias. ¿Y tú? Tú sigues en el cuarto con pósters del América, sin cortinas, comiendo cereal directo de la caja y preguntando si tu mamá te puede hacer unos frijoles puercos. Pues te avisamos que el 10 de mayo se acerca y, si en lugar de estar planeando llevar a tu jefita a desayunar a un bufet con juguito verde y chilaquiles, estás viendo qué vender en Marketplace para poder comprarle una rosa de plástico en AliExpress.
No te preocupes, aquí te traemos nuestra selección de los 5 mejores regalos para la dueña de la chancla que tantas veces has esquivado, traídos directamente desde la experiencia de nuestros hijos expertos en ver por su sacrosanta madre, no como tú que sigues de conchudo. Igual no solucionan nada, pero al menos hacen que ella dude dos segundos antes de agarrarte a fierrazos con el sartén de los huevos que no te pudiste hacer solo.
1. Una comida hecha por ti. En su propia cocina, con sus propios ingredientes, pero si no tienes para llevarla a un buen restaurante, como se merece, al menos ponte las pilas ese día y sorpréndela con saber que no se te quema el agua. Dile que es su día y que, mientras te platica de sus locuras juventud, tú le preparás su platilo favorito o, al menos, unos huevos revueltos con lo que haya. Ah, y no huyas después de cocinar. Lava todo el trasterío que usaste.
2. Un dibujo hecho por ti. Tal como cuando tenías seis años y eras su orgullo, hazle una tarjeta con crayones. Total, si te sale peor que en el kínder, dile que es una pieza de «arte conceptual» en el que te has especializado. Puedes optar por pintarle una casita para que se ilusione con que ya mero te marchas a vivir solo y la dejas tranquila.
3. Una playlist en Spotify. Otra opción, si andas brujo y endeudado, aunque en casa de tu mamá ni siquiera pagas renta, es hacerle una lista con rolitas que te recuerdan a tu madre, para que vea que no solo la recuerda el vecino cada te la mienta cuando le tapas la cochera con tu bici. Nada más no se te ocurra hacerlo en la cuenta de Spotify que le robas a ella misma, porque si no le gustan tus rolitas capaz y cancela la suscripción premium.
4. Una tarde viendo películas juntos. Ponte sentimental, dile que hoy no te irás a vaguear. Que hoy, 10 de mayo y ese día es solo para ella. Le pones una película en su propia cuenta de streaming y hasta le sirves un té. Ella se derretirá de ternura, mientras tú te derretiste de cinismo al pagar la renta de la peli con su propia tarjeta.
5. Prométele que «ya ahora sí» te vas a independizar. Sin duda el mejor regalo y la mentira más clásica del Día de la Madre, justo entre «ya voy a juntar para el depa» y «la Karen es buena chava, aunque sea madre soltera». Tú le prometes que ahora sí vas a buscar trabajo, ahorrar y volar del nido. Ella ya no te cree. Te ve con los mismos pants que usas desde la prepa y un bigote que nunca se logró.
Cada 10 de mayo, hay madres que reciben perfumes, viajes o serenatas. Y, aunque la tuya ya se hartó de recibir solo pretextos de tu parte, lo cierto es que aun así te quiere. Te cuida, te da sopa caliente y hasta finge que no le molesta que lleves cuatro años diciendo «se viene mi turno, ahora sí va a pegar mi emprendimiento». Así que este 10 de mayo, si no vas a cambiar tu vida, mínimo cambia los calzones, recoge tu cuarto y lávale los trastes. Porque madre solo hay una, y ya bastante tiene con cargar contigo.