Si te has preguntado si sigues siendo ese chavo en onda que solías ser o ya te convertiste en un ser anacrónico, el revolucionario dispositivo conocido como «Chavorrucómetro» ha llegado para poner fin a esa eterna duda de quienes el tema de conversación en cualquier plática es que dejaron de hacer cosas por las rodillas. Por eso, con base en el estudio de campo y toma de muestras que realizó el equipo de investigaciones intrascendentes de EAD, tuvimos acceso a este instrumento que permite medir con precisión si todavía tienes ese toque juvenil o si deberías empezar a considerar la idea de dejar de usar camisas rockeras.
A continuación, te compartiremos los 5 síntomas con los que sabrás si ya dejaste esa bella etapa de la juventud para convertirte en lo que siempre juraste destruir, un chavorruco del montón.
- Tus gustos musicales. El primer síntoma revelado por el Chavorrucómetro es tu reacción ante la música actual. Si te encuentras preguntando «¿Quiénes son estos reguetoneros y por qué no tienen letras decentes?», ¡cuidado! El dispositivo indica que estás a un paso de la chavorruquez completa o que ya tienes un pie dentro. Pero si puedes cantar todas las canciones de Bad Bunny sin buscar la letra en Google, felicidades, aún estás en la flor de la edad, aunque tu sentido de la música si está muy gachito.
- La ropa que usas. Si todavía te pones esos jeans de cholo que compraste en los noventa y te enorgullece portar las playeras con estampados de bandas de rock, como si fueran lo último en moda, el Chavorrucómetro te dará una calificación de «urgente necesidad de renovación». Sin embargo, si ya has aceptado los pantalones de mezclilla elásticos y los zapatos cómodos, has cruzado la línea. Ojo, todo esto se va al carajo si todavía usas camisetas de superhéroes, eso te convierte en un chavorruco de manual.
- La tecnología. La relación que mantienes con la tecnología es otro síntoma crucial. Si alguna vez has dicho «Estos jóvenes no sueltan el celular», mientras buscas cómo añoras volver a usar tu Windows XP, el Chavorrucómetro se ilumina en rojo. No obstante, si estás en TikTok y sabes usar los filtros sin convertirte accidentalmente en un perro parlante, aún puedes salvarte.
- La digestión. La comida es un área delicada. Si todavía puedes comer tacos al pastor a las tres de la mañana sin consecuencias al día siguiente, estás en la zona de los jóvenes. Pero si necesitas un antiácido después de un simple guacamole, y pasas más tiempo en la sección de medicamentos digestivos que en la pista de baile, el Chavorrucómetro no te dejará mentir: eres un chavorruco declarado y con una cola muy guanga.
- Tu vocabulario. Finalmente, el lenguaje es el indicador más claro. Si usas palabras como «chido», «neta» o «guácala» y tus vecinos adolescentes te miran con pena ajena, el Chavorrucómetro te ha sentenciado. Pero si sabes qué significa «cringe» o «ghostear» y los usas correctamente en una oración, todavía hay esperanza para ti. Sin embargo, evita decir «estoy muy on fire», creyendo que estás en la onda, probablemente ya hayas cruzado al otro lado.
En conclusión, el Chavorrucómetro no miente. Ya sea que lo uses para confirmar tus peores sospechas o para regodearte en tu eterno espíritu juvenil, este ingenioso aparato se ha convertido en el último grito de la tecnología para quienes han sufrido más de seis mundiales. Así que, la próxima vez que te encuentres dudando sobre tu nivel de chavorruco, solo recuerda que no importa lo que diga el Chavorrucómetro, siempre habrá un lugar para ti en las reuniones familiares, solo que en la mesa de los tíos amargados.