¡Se bugueó! Reportan complicaciones en el primer paciente con el chip de Neuralink

Por: becario EAD

Las primeras versiones siempre vienen con defectos, como el primer hijo, que comúnmente nace con limitaciones intelectuales, la versión beta de un videojuego, que tiene errores que dificultan la experiencia del usuario, o la vacuna del covid, que ha hecho que todos ahora tengamos arritmias cardiacas y que nadie haya tenido una erección decente desde hace 9 años.

Era de esperarse que el chip neuronal de Neuralink, empresa fundada por Elon Musk, no sería la excepción. Según los informes del empresario estadounidense, su paciente cero ha mostrado una recuperación completa y sin efectos secundarios tras el implante cerebral, pero eso no parece ser del todo cierto.

La esposa del hombre chipeado dice haber desconfiado desde un principio cuando Elon Musk le ofreció a su marido ser su conejillo de indias, prometiéndole no cobrarle absolutamente nada por el procedimiento e incluirle una anualidad gratuita para tener la palomita azul en su cuenta de X. Ilusionado porque por fin iban a tomar en serio sus publicaciones y la gente ya iba a leer sus hilos, el hombre accedió de inmediato sin medir las consecuencias.

Una vez implantado el chip, la mujer comenzó a notar cambios negativos en su pareja: hablaba más con Alexa que con ella, se convirtió en alguien disperso y ausente, además de que se volvía cada vez más pedante porque ganaba todas sus discusiones con ayuda de Google.

Hasta ese punto los inconvenientes eran menores y, a pesar de que el paciente de Musk parecía estar en su propia nube, la operación aparentemente había sido un éxito. Fue un viernes por la noche cuando se empezaron a manifestar algunas fallas en su software.

Después de tener que reconfigurarle el idioma en un par de ocasiones porque se le cambiaba repentinamente al hablar, su esposa se percató de que se estaba trabando mucho, como si se hubiera bugeado, hasta que llegó al punto de que se quedó congelado por completo, fue ahí cuando decidió contactar a Elon Musk en busca de ayuda:

«El lunes lo checamos», le contestó el multimillonario.

La mujer no sabía qué hacer y temía lo peor, fue por eso que, al ver que su esposo no respondía y totalmente desesperada, optó por lo que todos hubiéramos hecho en esa situación: meterlo en arroz. Por fortuna, a la mañana siguiente ya estaba funcionando bien y ese mismo lunes fue a revisión con el empresario para que parchara algunos bugs que tenía su sistema.

Ahora solo se congela en situaciones aisladas y muy específicas, como cuando su mujer le pide ayuda con el quehacer o le pregunta por qué pasa tanto tiempo a solas con su Alexa.

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