El presentador del morning show La Mañanera y ocasionalmente presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, viajó al sureste mexicano para supervisar las obras del Tren Maya porque entre tanto árbol, zona arqueológica y cenote, no dejan avanzar.
En San Francisco de Campeche se congregaron algunas celebridades de alta envergadura como el ingeniero Carlos Slim, el empresario Luis Crescencio Sandoval y la espía internacional Layda Sansores para presumir un recorrido del tren al lado de Andrés Manuel.
Como ya estaban todos en medio de la selva, el ciudadano presidente Licenciado le pidió a la Sedena que detuviera el tren dos horas para ver si era lo suficientemente cómodo. También aprovechó la oportunidad para que los expertos ingenieros de Yaxcabá, Yucatán, le dieran mantenimiento a los vagones y no fuera solo tiempo perdido.
Al final de las dos horas, los habitantes de la selva, entusiasmados de poder servir a la patria, empujaron el tren para que el maquinista pudiera arrancarlo en segunda y así pudiera llegar a su destino final en Chichen Itzá.
El presidente comentó que los que iban a bordo se la pasaron «a todo dar» esas dos horas que el tren estuvo detenido y que no hay de qué preocuparse por la inauguración del tren, que no importa si toma otros catorce años de construcción y otros 360,000 millones de pesos, «el Tren Maya, como la Cuarta Transformación: está paralizado, pero avanza».