La Navidad está por llegar, y con ella la infaltable tradición que reúne a las familias mexicanas: y no se trata del intercambio de regalos, sino la pelea campal por los terrenos de la abuela. Sin embargo, estas fiestas no serán lo mismo para la familia Ramírez Hernández, pues, este año, Doña Remedios Hernández, de 87 años, está lista para animar la cena con su inesperada bomba: resulta que los terrenos que le dejó Papá Chencho y que toda la familia codicia, se los vendió a un desarrollador inmobiliario que planea construir un Oxxo y dos torres de departamentos.
Los terrenos en cuestión son un pedazo de tierra en el centro de su pueblo natal que, según la familia, valen oro y por ello se pelean cada año para ver a quién se los va a dejar la abuela. Por ello, desde hace años, las disputas por la herencia han sido el plato fuerte de las festividades familiares, superando incluso al bacalao y los romeritos.
«Yo nomás estoy esperando a que el primo Arturo saque el tema para soltar el chisme y ver cómo se arma. Es que no se puede tener Navidad sin que alguien termine llorando en la sala y otro se salga dando un portazo. Uno tiene que mantener vivas las tradiciones familiares y, como se acabó mi novela y ando aburrida, pues qué mejor que un drama familiar en la vida real, mientras todavía me queda vida», confesó Doña Remedios, mientras limpiaba su molcajete para el guacamole navideño, el cual no le va a caer nada bien a los hijos y nietos.
Mientras los primos ya se preparan mentalmente para el drama, algunos familiares están tomando medidas drásticas. Arturo, el primo que lleva años asegurando que él merece más porque siempre estuvo al pendiente de la abuela, ya contrató a un abogado para mediar en la discusión. Por su parte, Lupita, la prima que no aparece en reuniones familiares desde 2005, pero que mágicamente regresa cuando se habla de herencias, aseguró que esta Navidad no será diferente.
Por lo pronto, se espera que la gran revelación de Doña Remedios ocurra justo después del brindis, para maximizar el impacto emocional. «Con tanto ponche, tequila, Tonayán y resentimientos acumulados, esto va a estar mejor que la serie esa de los dragones», bromeó el tío Chucho, quien ya hizo su apuesta sobre quién será el primero en lanzar el famoso «Pues yo mejor me voy».
«Los terrenos eran míos, así que yo decido qué hacer. Lo que no saben es que ya gasté todo el dinero en pagar mi crédito de Coppel y en un crucero al Caribe. Si quieren terrenos y dinero que le chinguen como nunca lo han hecho», declaró Doña Remedios con una sonrisa que solo puede describirse como diabólica.
