A falta de algo mejor que hacer en su cautiverio y copiando el estilacho epistolar que impuso el Licenciado, el exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, publicó una carta, escrita a mano, en la que afirma que, al igual que Pepe «El Toro», es inocente. Además, revela que hay evidencia de los presuntos vínculos entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y los chicos malos que han asediado al país en las últimas décadas.
En su extensa misiva, el que se ha convertido en uno de los chivos expiatorios que más enorgullecen al Licenciado, soltó la sopa de cómo es que nuestro presidente es el verdadero Vito Corleone de la política mexicana. En la carta, también señala que existen pruebas suficientes para vincularlo con los grupos criminales, como contactos, videos, audios, fotografías, registros de comunicación y gestión, por medio de operadores y gente cercana, o sea, que le sabe bien a la movida de los bajos mundos del hampa.
«Ya estuvo suave de que me traigan de su pendejo, es hora de que conozcan la verdad, para ver si me bajan un poquito la condena que me van a poner, ¿o cómo la ven, mis güeros? Me he portado bien y les puedo entregar un pez más gordo… y viejo. Ahí les va esta cartita para que vean que cuentan conmigo, así como cuando apoyé a los meros malos… digo, no, yo no apoyé a nadie. Mejor ya me callo el hocico y les escribo una carta», habrían sido las declaraciones de García Luna, durante una comparecencia a puerta cerrada, sin cámaras ni micrófonos, de la que salió, luego de unos tehuacanazos, rumbo a su celda para escribir su carta a mano.
Lo curioso es que, ni tardos ni perezosos, ya salieron los defensores del Licenciado a decir que este señor, convicto en Estados Unidos desde hace rato, está falseando todo y es un mentiroso empedernido. Al contrario de cuando estuvo soltando la sopa de sus secuaces y sí le creían todo sin chistar. Son bien curiosos los chairos.
A final de cuentas, es muy probable que todo sea parte de una estrategia de los abogados de García Luna para que le bajen a sus años de condena, misma que será dada a conocer el próximo 9 de octubre. Lo que no se vale es que nada más por eso embarre a nuestro incorruptible tlatoani de Macuspana, quien ya no siente lo duro sino lo tupido entre tanta supuesta vinculación que le han sacado con los malitos. Esperemos que esta vez no aplique la máxima de «si el río suena, es que un Peje lleva».