En un giro de eventos que ha dejado boquiabiertos a unos y aliviados a los empleados que estuvieron a su cargo, La Casa Blanca anunció esta mañana que el polémico magnate Elon Musk será oficialmente reemplazado como asesor estratégico del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) por una inerte barra de carbón. La medida, que en un primer momento fue recibida como broma de mal gusto, ha sido confirmada por múltiples fuentes y descrita como un «acto de justicia y austeridad».
La noticia fue dada a conocer en una conferencia de prensa encabezada por el Secretario de Estado, Marco Rubio, quien presentó a la flamante sucesora de Musk: una barra de carbón cilíndrica, colocada solemnemente sobre un pedestal de mármol reciclado. «Esta barra tiene más empatía, menos conflictos de interés y una capacidad impresionante de quedarse callada y no estar chingando la madre», o algo así declaró la vocera del DOGE, mientras Musk salía de su oficina con la tradicional caja donde solo cargaba una figura cabezona del él mismo.
«Esta es la clase de liderazgo que necesitamos: sólido y silencioso. A diferencia de Elon, esta barra no nos llama idiotas en X, no propone estupideces y no intenta colonizar Marte nada más por convivir», declaró un empleado de La Casa Blanca que pidió el anonimato por miedo a que le cancelen su suscripción a Starlink, empresa del magnate.
La barra de carbón, bautizada como «Elon eficiente», ha sido reconocida como una figura de neutralidad emocional y estabilidad ideológica. Se le atribuye ya el mérito de haber permanecido tres días en la sala de juntas sin emitir un solo comentario misógino, sin corregir a sus colegas con tecnopalabrería y sin pedir la instalación de una cápsula hiperbárica para meditar «como lo hace un genio de verdad».
Fuentes internas del DOGE informan que el personal, por primera vez en meses, ha experimentado niveles saludables de presión arterial, ya que la barra no grita frases como «despídelos a todos» ni llega con un dron lanzallamas a pedir «más innovación, pero sin sindicatos».
La respuesta de Musk no tardó en llegar, y lo hizo con su habitual sutileza en la plataforma de la que también es dueño, X. En una serie de publicaciones, el empresario expresó su indignación al estilo de alguien que acaba de ser reemplazado por una piedra en una reunión de accionistas.
«Sustituirme por una barra de carbón es como cambiar a Iron Man por una estufa apagada. Esa jodida barra no tiene ni idea de inteligencia artificial, colonización interplanetaria ni memes de perritos con láseres», escribió Musk antes de anunciar que fundaría su propio país en la Luna, regido por algoritmos, libertarianismo extremo y criptoeconomía. Por su parte, el presidente Donald Trump ha declarado que la idea se le ocurrió luego de ver «un divertido episodio de Los Simpson» y no le queda duda de que esta barra le ayudará a «Hacer América Grande de Nuevo».
