Mucha señora romántica que fantasea con que un colágeno en sus tiernos 30 le sobe las reumas, seguro soltó un «se me cayó una ídola». Esto luego de que, tras ser abordada por reporteros en el aeropuerto, Susana Zabaleta aplicara la de tu abuelita cuando siente que ya nadie la está pelando: cayó al suelo abruptamente.
Afortunadamente, ahí se encontraba su novio y andadera de confianza, Ricardo Pérez —también conocido como «el que no es Slobotzky»—, quien levantó a su sugar mommy (momia de azúcar) y la encaminó a la puerta de salida… no sin antes encarar a la prensa por andar estresando a una mujer «en situación de edad». Bendito Dios no pasó a mayores: lo malo de traer un modelo antiguo es que luego ya no encuentras refacciones en ningún lugar.
