Por: becario EAD
Hace muchos años, un solitario cavernícola que pudo o no llamarse Onán comenzó a rascarse sus partes íntimas. Esa rascadita de gumaros escaló a un frotamiento cada vez más intenso y culminó en una eyaculación autoinducida, ese día quedó inaugurada la que hoy conocemos como masturbación.
Desde ese momento, tanto hombres como mujeres (unos más que otros, pero no diremos quiénes somos), iniciaron una búsqueda constante por estímulos visuales para echarse una mano cuando se están echando una mano.
Lo que comenzó con dibujos de chichis en las cavernas, se fue transformando para convertirse en una industria multimillonaria que ahora nos ofrece todo tipo de contenido y categorías cada vez más específicas, lo que comúnmente nos lleva a visitar los lugares más oscuros que puedas encontrar en la internet.com, pero ¿qué tan seguro es?
Se ha popularizado un método de extorsión también conocido como «Sextorsión», el cual consiste en que, por medio de un malware, un tercero logra tener acceso a toda tu actividad en la web, así como a tu cámara y micrófono sin que te des cuenta. De esta manera, el pirata informático detecta cuando buscas contenido para adultos y aprovecha cuando ya andas como piano embrujado para grabar videos comprometedores que luego usará para chantajearte, amenazándote con filtrar tus más grandes perversiones y tus peores caras eyaculatorias con toda tu red de contactos.
Es por esto que aprovechamos para que nuestro equipo de puñetólogos, junto con el equipo de informáticos que protegen nuestro sitio web y nos ayudan a robarle la información a todos los que le hacen clic a nuestras notas, les den algunas recomendaciones para que hagan sus marranadas de manera más segura:
Usa una máscara
Aprovecha que estás en pleno jálowin y disfrázate, siempre trata de ocultar tu rostro al hacerte una paja, no vaya a ser que te salga cara. Puedes optar por los clásicos, una máscara de luchador, de Jason o una de Anonymous para sacar de onda al hacker que seguramente también trae una igual.
Salte de cuadro
Procura no salir en el campo de visión de tu webcam, elige el ángulo perfecto para quien esté del otro lado de la pantalla solo vea de fondo tu cama toda destendida y tu pared mal resanada, no va a entender qué es lo que está pasando y tú podrás hacer todo tipo de caras, gestos y hasta llorar al terminar y decirle a la pantalla que la amas sin que nadie te vea.
Mantenlo simple
Deja de dañarte el cerebro con pornografía cada vez más explícita en sitios poco confiables y de dudosa procedencia, las redes sociales por sí solas son una fuente inagotable de contenido que te puede ser de gran ayuda. Busca descuidos de conductoras, ponte a ver trends coquetos de TikTok, ve las fotos que sube Sandra Cuevas. Hay para todos los gustos, es cuestión de que busques.
A la antigüita
Remóntate a cuando la vida era más simple y ya no te expongas frente a un ordenador, tu mente cuenta con todo lo que necesitas. Conecta con tu lado romántico y aplica la de la gente que sabe querer bonito: mastúrbate con recuerdos. Si eres Bruce Willis, olvida este punto.
Esperamos que estos consejos te sean de utilidad y te pedimos que no bajes la guardia, siempre recuerda que alguien puede estarte vigilando en todo momento y viéndote mientras te tocas… o peor aún, tocándose mientras te ve tocarte, ¿quién vigila a los vigilantes?