El excandidato presidencial de Movimiento Ciudadano y portador oficial de la sonrisa más culera de la política, Jorge Álvarez Máynez, dijo que si la población mexicana votó por la Florinda Sheinbaum, ella merece el voto de confianza para ella y para quien ponga de florero, incluyendo al tapete favorito del Licenciado, Marcelo Ebrard. Durante el Consejo Nacional de MC, en el que reapareció Máynez, aunque con menos barba, dejó en claro que lo esquirol no se quita con la campaña y que seguirá en su afán de apoyar a quien le diga su patrón, Dante Delgado.
El exdirigente de la bancada de los diputados emecistas y cliente con privilegios del Mascusia y Caudillos, cuando visita Guadalajara, consideró que hay buenos perfiles entre los primeros seis nominados para acompañar a la presidenta más científica en el próximo Gobierno Federal. Entre ellos destacan Marcelito, Juan Ramón de la Fuente y hasta la «pidepapeles» de doña Ernestina Godoy.
Sobre las reformas que quieren aprobar para consumar el «Plan C» del Licenciado, dijo que eso mejor debería quedar en manos de la futura presidenta y no del viejito que aún manda en Palacio. Lo que, probablemente, le ocasione unos coscorrones, por andar hablando de más, siendo que nos es común de esquiroles ponerse a decir cosas que no les corresponden ni ir en contra de los designios del mero-mero. Pero, pues, él sabrá.
«Es que mira, la cosa está fácil. Si la gente votó por ella, hay que dejarla que ella ponga a quien quiera o a quien le ponga el Licenciado. Yo confío plenamente en que la Doctora va a poner a los mejores. Y ahí si le queda una secretaría, ojalá y me dé la Secretaría de Alcoholes, Pomos y Cantinas. ¡Ah, chingá! ¿Cómo que esa no existe? Pos, la inventamos, o qué, ajajajajá…», dijo, en evidente estado etílico, el excandidato presidencial, mientras luchaba por no caerse de la silla y balanceaba una Carta Blanca.
Para cerrar, dijo que ahorita no anda pensando en la dirigencia nacional de MC porque aún no le ha pedido permiso a Dante Delgado y ni modo de dejar la pachanga por coordinar un partido que no ganó ni madres.
