Existe la creencia de que, mientras las mujeres con sobrepeso son problemáticas, llevadas y mitoteras, los hombres gorditos son dicharacheros y simpáticos, además de que son bonachones y no conocen la maldad. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, lo anterior es totalmente cierto.
Cada vez son más las personas que dicen beneficiarse por las bondades que te puede ofrecer tener un gordito a tu disposición, lo que ha dado lugar a un novedoso modelo de negocios que los japoneses explotaron primero que nadie: hablamos del alquiler de gordos.
Aunque los chinos de Japón son responsables de varias atrocidades, como la tropicalización del sushi de Culiacán que no está empanizado ni tiene queso gratinado encima, o pixelear la zona íntima de las actrices porno en sus videos, nadie puede negar que son unos visionarios a la hora de hacer negocios. De un tiempo para acá, el país asiático ha venido explotando la industria de la renta de gordos, contando ahora con cientos de agencias especializadas en brindar este servicio.
El único requisito para entrar a trabajar a una de estas empresas y formar parte del amplio catálogo que ofrecen, es pesar más de 100 kilos y que no haya ningún indicio de que alguna vez tuviste tobillos visibles. Los usuarios que entran a las plataformas en busca de su gordito ideal eligen al que mejor se acomode a sus necesidades y los principales usos que se les pueden dar son:
1.Que se coman las sobras de tu comida
2. Que escuchen tus problemas y te dejen llorar en su pecho
3. Que al estar enseguida de ti te hagan ver más delgado
4. Que te hagan sombra en un día caluroso
5. Que te ayuden a cerrar una maleta muy llena subiéndose encima de ella
6. Que graben un podcast junto contigo, pues se sabe que, si salen un gordo y un flaco, la probabilidad de éxito aumenta significativamente
Dado que muchas personas se han querido pasar de lanza con los que se pasan de panza, las empresas han tenido que prohibir todo tipo de violencia e insinuaciones sexuales hacia sus gordos, empezando por los agarrones de chichi, los cuales los hacen enfurecer y son casi tan inapropiados como cargar a un enano sin su consentimiento.
Se espera que pronto empiecen a existir este tipo de agencias en México y todos podamos rentar a nuestro gordo para que la rebane en las fiestas y poder vestirlo de Santa en navidad. Solo nos queda cruzar los dedos para que aquí no se regule lo de agarrarles una teta.
