Por: becario EAD
Spotify ha traído nuevamente para sus usuarios el recuento anual donde te resumen qué fue lo que más escuchaste. Junto con su top de artistas y canciones escuchadas, miles de personas revelaron en sus redes su edad (¿Héroes del Silencio? Ya siéntese, señor), su mal gusto (ya vimos que escuchaste a la Yeri Mua y el podcast de UnTalFredo), su buen gusto (ya vimos que escuchaste al Dani Flow y a Los tres Misisipis) y hasta su orientación sexual… (Sí, ya todos vimos que tu «lugar musical» fue Guanajuato).
Fuera de todo este alboroto, risas y diversión, están todos esos sociópatas que además de seguramente comprar KERMATO en vez de Clamato, Nucita en vez de Duvalín y Valentones en vez de Sabritones, también tienen Apple Music en vez de Spotify.
Tal fue el caso de un joven de 17 años que asistió a su colegio solo para darse cuenta de que iba a tener el peor día de su vida:
«¡Mi artista más escuchada fue Taylor Swift!», decían las chicas entusiasmadas por los pasillos, «El mío Peso Pluma» decían los chicos, «A mí me salió MOENIA», dijo nadie, nunca.
Toda la escuela hablaba de su Spotify Wrapped, algunos maestros dejaron las clases de lado y decidieron compartir sus canciones más escuchadas, los alumnos bromeaban entre ellos y la pasaban bien… aunque no todos. El joven de nombre Eduardo sentía que todos lo miraban como bicho raro y resentía a sus compañeros, pero el colmo fue cuando le preguntaron sobre su resumen anual:
«Va, déjame te enseño mi Apple replay», contestó el joven y el salón entero se echó a reír.
«¿Quién soy, quién soy? ApPlE rEpLaY, JAJAJA», lo imitaban haciendo caras locas y esa voz como cuando imitas a alguien que se te hace bien pendejo.
Durante todo el día, Eduardo pagó el precio por ser alternativo y no seguir al rebaño y se convirtió en el hazmerreír, nadie se quiso sentar con él en la cafetería y los maestros lo humillaban enfrente de todos. Su corazón estaba lleno de odio y resentimiento, y comenzó a fantasear con la idea de estar como Chandler Bing.
De camino a casa, “Edu”, como le decían sus amigos antes de darle la espalda por no tener Spotify, solo podía pensar en la mejor manera de desvivirse. Colgarse era muy mainstream para él, con un arma de fuego se iba a ver muy intenso, si se tiraba a las vías del metro capaz y lo asaltaban en el camino, por lo que recordó que nadie vive sin morir en el intento y optó por matarse de la mejor manera posible: seguir viviendo.
Murió al día siguiente porque se masturbó en ayunas.